Oye, ¡PERO OYE!

Después de eso, nos damos una vuelta por la calle, cosa que cuando entremos a la casa nadie se haya dado cuenta de que el Pascuero ya pasó. Nunca sabemos si quien pasó fue Santa Claus, San Nicolás, el Viejo Pascuero o Papá Noel. Lo que sí sabemos es que si ampliamos fibra de su traje cien veces al ultracubo encontraremos la reseña “Tome Coca Cola” ¿cómo sucedió y por qué? Eso nadie lo sabe.

Al entrar nos sentamos en el living para elegir al vocero de la noche, quien dirá de quien es el regalo y para quien está destinado. El segundo elegido es el de las fotos. Todos dan gracias y besos y abrazos con una cara de sorpresa súper cul. Lo mejor de todo es la manera en que brillan los ojos, ni luces altas ni bajas, solo brillan.

Trip quiere que esta vez sea distinto y comer dos veces, la segunda sería un sushi en el living cuando todo haya acabado.

Así es nuestra noche buena. Ojalá que a las 00:00 el Niño de yeso no llore.

Recuerdo cuando tenía tv cable y los dibujos animados yankees celebran en la mañana con waffles y mantequilla de maní + banana. Con unas casas over adornadas que con una luz más pueden explotar. O en CNN las imágenes que llegaban días después con los Reyes Magos jutno a los niños y niñas europeos que no se tragan al Pascuero pintado por Coke.

Pero tengo una mente sensata, me da rabia que digan “la navidad es para los niños” no sé como explicarlo, pero creo que es un pensamiento mezquino. Aunque sus inicios así lo indiquen, la navidad la deben vivir todos y como dicen en la multitienda, la magia está en creer. Y qué tortura más grande ayudar a quienes lo necesitan solo en Navidad siendo que debería ser todo el año.

# posted by Catalina Pimentel : 10:24 AM