Oye, ¡PERO OYE!

Este fin de semana fue total. Un viernes de diálogos “achí, chi chi chi, nu y oa tetui” más las palabras de una tonta enamorada junto con las ideas de una tipa que nunca termina las cosas y que casi pasa a segundo plano a alguien que es mejor que el verano y que retrasa todo para no cumplir.

No pelié (tanto). Jugué, caí, rogué, perdí, planifiqué y reí. Estaba (no sé porque) más contenta que perro con cuarenta colas.

Tan total que recuperé la infancia en menos de una hora y como le dije a Bastián, aprendí que la V de goma no cabe en el espacio de la Y del mismo material. Aunque me dolía la cabeza y estaba recansada me asusté con la vaca peluchienta que cantaba como animal en matadero. Pero como no reírse del dinosaurio que también moría acústicamente. Soy felíz porque Bastián juega conmigo aunque no haya querido acompañarme cuando le pedí que jugaramos con los cuadrados sintéticos esos.

Domingo terapéutico en parcela con flores + tallos. En el suelo me sentí tan felíz y vacía como mujer que le ruega a Dioc un cuerpo escultural, pero que importaba. Solo existían el cielo, el agua, el barro, la cámara, el sol y yo.

Recordé, soñé y dormí.

Total e irrepetible. Ningún día es igual a otro al menos que yo quiera.

Fotografié agua y hasta un video grabé.

Descargue aquí una manguera felíz.

# posted by Catalina Pimentel : 9:58 AM